viernes, 22 de julio de 2016

El secreto de Servir


Muchas personas dentro de la iglesia (obreros, pastores, jóvenes, evangelistas y miembros), aún no han entendido que el verdadero servicio es mucho más que asistir a la iglesia los domingos y miércoles o colocar un uniforme los días viernes (en el caso de los obreros). Implica dedicar nuestras vidas a servir a los demás y ayudar a nuestro prójimo. El Señor Jesús demostró esto cuando lavó los pies de los discípulos en el aposento alto durante la Última Cena.
El ejemplo del Señor Jesús nos enseña que la clave de servir es la humildad. A menos que estemos dispuestos a inclinarnos y a ensuciarnos las manos para servir a los demás, no habremos entendido cuál es el secreto del servicio. Además, un siervo verdadero…
No espera que le pidan ayuda. Nadie le pidió a Jesús que fuera y lavara los pies de los discípulos. Así como Él vio e hizo lo que era necesario, un siervo verdadero está alerta para identificar la necesidad y luego servir como voluntario para atender y ayudar a los demás. Lo hará calladamente sin buscar ningún reconocimiento o recompensa, pues está satisfecho y muy feliz por el simple hecho de ayudar.
Debe aprender a recibir y también a dar. Esto es, por lo general, muy difícil para un siervo. Jesús dijo a sus discípulos que, si no le permitían que les lavara los pies, no tendrían parte con Él. Pedro se había negado rotundamente porque era demasiado orgulloso para recibir tal atención. No debemos estar atados al orgullo, que digamos no a alguien que, por amor, desee “lavar nuestros pies”.

Como seguidores del Señor Jesús, debemos verlo a Él como nuestro ejemplo de siervo. Si Dios mismo tomó “forma de siervo” (Fil 2:6-7) para hacer una tarea tan humilde para sus discípulos, ¿Qué excusa podemos presentar nosotros para no servir a los demás? ¿Qué ha hecho o que podría estar haciendo usted para ayudar a su prójimo?

domingo, 10 de julio de 2016

La razón del quebrantamiento



Nosotros nacemos con la tendencia de apartarnos de Dios. Nuestra inclinación natural es agradarnos y servirnos a nosotros mismos, lo contrario a un estilo de vida que honra a Dios. Cuando uno nace de nuevo, Dios comienza a inclinar nuestra voluntad y nuestras actitudes hacia Él, pero debemos cooperar con el Señor y someternos al proceso, porque de lo contrario, seremos de poca utilidad en Su Reino. El Señor Jesús quiere erradicar de nosotros cualquier actividad o forma de pensar que fomente la dependencia en algo que no sea Él mismo. Esto significa que confiar en uno mismo para tener seguridad, salvación o bienestar físico y emocional, está fuera de la voluntad del Señor. En las áreas que nos resistamos a doblegarnos ante Dios, Él nos quebrantará permitiendo que venga dolor y luchas a nuestras vidas. Como resultado sentiremos el impulso de volvernos a Dios. Quebrantar a una persona suena duro, pero Dios hace este trabajo con amor. Él ve el resultado más allá del dolor; seremos siervos más maduros y más fieles tras haber pasado por las luchas. Nuestro Señor a quien servimos, nos ayuda ofreciéndonos dirección y consuelo. Al ver los beneficios que Él me ha dado a través de las pruebas, puedo darle sinceramente las gracias por todos los periodos de dificultades que he experimentado (Ro. 8:28). La verdad es que todos tenemos áreas de egocentrismo que necesitan ser quebrantadas por la mano de Dios. Cuando nos examinamos interiormente con sinceridad, descubrimos hábitos y maneras de pensar pecaminosos que nuestro Dios nos ayuda a ver. Así que lo único que nos queda por hacer es rendirnos a Su obra para que podamos ser siervos sabios y útiles.

miércoles, 6 de julio de 2016

¿Qué voz estamos escuchando?




Nuestra responsabilidad es mantener abiertos nuestros oídos espirituales y ser receptivos. Luego, cuando Dios tenga algo que decirnos, estaremos listos para escucharle.
¿Qué le impide tener un encuentro con Dios?

 Este tipo de experiencia no está reservada solo para los pastores, obreros o los personajes de la Biblia. El Señor Dios quiere comunicarse con todos sus siervos, pero a veces estamos demasiado ocupados y preocupados, que no tenemos oídos para oírlo. Si usted es un siervo de Dios y se siente vacío, tal vez se deba a que sus oídos se encuentran en sintonía con los sonidos y las voces del mundo. Para resaltar lo que digo, piense en cuánto silencio experimenta usted en un día normal. ¿Hay un tiempo cuando está callado y atento a la voz de Dios, o está su día lleno de voces y agitaciones desde la mañana hasta la noche? Cuando Dios tiene que competir con toda la actividad y agitación que hay en nuestra vida, su voz es ahogada. Si usted se siente desconectado y distante del Señor Jesús, no tiene que seguir así. Él desea relacionarse, pero usted tendrá que aquietar su espíritu, acercarse a Él en oración y escuchar la voz de Dios hablándole por medio de su Palabra. El momento de comenzar a acercarse a Él es ahora mismo, no cuando usted necesite desesperadamente escucharlo.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...