miércoles, 23 de enero de 2013

Volviendo al primer amor




  “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;
y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor”
Apocalipsis 2:4 

El recibir a Jesucristo como tu único Señor y Salvador es una de las cosas más bellas que el ser humano puede experimentar en esta vida, es algo que si tu no lo experimentas nunca sabrás a que me refiero.
Luego de recibir al Señor Jesús nuestra vida cambia totalmente, no por una imposición, sino por el milagro que se denomina: Nacer de nuevo. Este milagro nos lleva a amar a Dios como jamás antes lo habíamos amado y ese mismo amor nos lleva a querer hacer algo para agradecerle el hecho que ha cambiado nuestra vida y nos ha dado vida eterna. Es ahí donde comenzamos a servir a Dios, con un corazón sencillo, pero con muchas ganas de servirle.
¿Recuerda las primeras cosas que usted hacía para Dios? Yo me recuerdo muy bien la primera noche que dormí en la Iglesia, hicimos una vigilia para buscar el Espíritu Santo, a las tres de la mañana nos acostamos en unas bancas de madera y sin comodidad alguna, más una alegría por tener el privilegio de estar durmiendo en la casa de Dios, como soñábamos en salir por el mundo para predicar la palabra de Dios. Durante el domingo la Fuerza Joven se reunía a las 13 horas, normalmente no teníamos dinero para comer, entre todos se juntaba lo se podía y comprábamos pan y fiambre, comíamos como si fuera la comida más rica del mundo. Y éramos felices, no nos  importaba si teníamos algo que comer o vestir, queríamos sí servir a Dios.
Todos hemos tenido momentos de alegría como estos, usted se  sentía el hombre o la mujer más feliz del universo, porque Dios había cumplido tu sueño de servir en la iglesia, ¿y cuando usted fue levantado de Obrero se acuerda? Usted tomaba el uniforme prestado con alguien y se sentía una persona realizada, cuantos votos, planes, visitas, evangelizaciones, el día era pequeño para usted. Todo lo que usted hacía le daba alegría, limpiar la Iglesia, el baño, sacar la basura, preparar las reuniones y cosa tal. Hacíamos todo con mucho cariño y esmero.
Pero infelizmente con el transcurrir de los años, llega un momento en donde el servicio se convierte de nuestra parte en algo monótono, algo que se hace una rutina y perdemos el sabor de hacerlo con las mismas ganas o con el mismo anhelo de antes. A eso la Biblia le llama: “Perder el Primer Amor”.
A lo mejor usted es una de esas personas que después de un tiempo, ahora ya no le sientes el mismo gusto por servir, a lo mejor ahora ya ni siquiera valora aquello que con tanto esmero y lágrimas pidió a Dios que le diera, el uniforme que usted usa se tornó pesado, antes usted oraba para que algún demonio manifestara en sus manos, y hoy usted huye de la persona que necesita ser liberada.
Siervo y Sierva de Dios, en el versículo que acabamos de leer hay una palabra de Dios para usted: “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo”, a lo mejor has trabajado mucho para el Señor por amor a Él, pero ha llegado un momento en tu vida, en donde estás haciendo las cosas solo por hacerlas, quizá por compromiso o por una simple rutina, a eso yo le llamo: “Servir a Dios, pero sin Dios”.
¿De qué te sirve realizar una tarea para el Señor Jesús, si no lo estás haciendo con todo su corazón?, ¿Acaso a Dios se le escapa eso?, Definitivamente ¡No!, Dios quiere  que usted mantenga el mismo amor hacia él y hacia su obra, ese mismo amor que demostraba al inicio, cuando todo era un gozo para usted, cuando se preparaba para trabajar en una reunión usted daba todo de sí, cuando oraba por los enfermos, cuando atendía las personas. Dios quiere que recuerdes aquellos momentos en donde usted tenía gozo en servirle, en donde el servicio no era una rutina para ti, sino más bien una oportunidad más de agradecer a Dios todo lo lindo que ha hecho por ti.
Dios te dice en esta hora: “¿Dónde está tu primer amor?”, ¿Sabes? Dios quiere verte nuevamente sonriendo, alegrándose en la obra de Dios, haciendo aquellas pequeñas cosas como si fueran muy grandes, sirviéndolo a Él, pero sin olvidarse de Él.

Posiblemente usted está pasando por un momento en donde hasta olvido lo que se sentía hacer algo por amor al Señor Jesús. En esta hora te digo: ¡Vamos!, es hora de comenzar de nuevo diga al Señor:
“Quiero volver a empezar con un corazón sencillo como al principio te conocí, recuperar aquella pasión, cuando mi deseo era vivir toda mi vida para Dios, necesito regresar a lo que viví cuando recibí tu perdón, quiero volver a empezar otra vez”.
Dios está con los brazos abiertos, esperando el momento en donde regrese a tu primer amor, puesto que él  quiere usarlo en sobremanera.

                                                                           Piense en esto y que Dios los bendiga.


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