domingo, 26 de agosto de 2012

La autoridad de un Siervo de Dios.






"He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará." (Lucas 10:19)

  Por medio de estas palabras, el Señor Jesús confiere a los Suyos una ilimitada autoridad sobre todo y cualquier poder destructivo del diablo. Debemos ser conscientes de que la actividad y obra del diablo es una realidad. La ignorancia de un Siervo de Dios no lo protege de sus ataques, por el contrario: El enemigo busca sobre todo a los ignorantes. Es por eso que los que velan, los que permanecen en Dios, son intocables.
Esa es la razón por la que el Señor nos exhorta tantas veces a orar y velar para no caer en tentación. Pablo dice: "... pues no ignoramos sus maquinaciones." El enemigo, de hecho, se enviste de toda su fuerza para atacarnos. Pero en la misma proporción, experimentaremos todo el poder y la victoria del Señor Jesús, pues él prometió:

"He aquí os doy potestad... sobre toda fuerza del enemigo." En términos globales, se está llevando a cabo un ataque del infierno, una invasión de los espíritus del abismo. Los hijos de Dios son los primeros en estar en la mira del enemigo, mas ellos son, también, precisamente, los únicos que tienen la victoria total.
                   

viernes, 10 de agosto de 2012

Vivir del pasado, no es vivir




Un hombre ciego ha recuperado la vista después de que se le sometiera a un trasplante de células madre en Estados Unidos. Mike May, de California, quedó invidente hace cuatro décadas a la edad de tres años, cuando como consecuencia de un accidente perdió un ojo y se lesionó el otro. La intervención quirúrgica practicada a May consistió en el reemplazo del tejido dañado de la córnea de su ojo derecho por células madre adultas obtenidas de la región del limbos, un aro alrededor de la córnea. Cinco meses después de que se le practicara la operación, era capaz de detectar movimientos casi normalmente, y de ver formas y colores, según la revista Nature Neurociencie. Dos años después, podía ver formas, colores y movimiento casi normalmente. A pesar del éxito médico, May no se siente del todo cómodo con su nueva condición de vidente. Antes de la operación, May era un aficionado del esquí, que practicaba siguiendo instrucciones verbales. Ahora, sin embargo, tiene el temor de padecer un accidente durante la práctica de ese deporte. ¿Igualmente May se siente ahora menos confiado cuando cruza una calle? Es muy curioso que nuestra naturaleza humana siempre querrá está atado a algo. Si no vemos, nos gusta no ver aunque recobramos la vista. Si no tenemos dinero y vivimos en pobreza, pues nos gusta esa condición y no queremos salir de ella. Si padecemos de alguna enfermedad, pues la hacemos nuestra y no queremos que salga de nosotros. Cuando recibimos la sanidad de Dios en nuestra vida, sea en el alma o en nuestro cuerpo físico; pues lo correcto es vivir como personas sanas. Dejar atrás los dolores y los recuerdos de cuando éramos ciegos, cojos o autocompasivos. Ser sano es ser libre completamente y vivir una vida diferente. No es lógico que una persona que tiene sus pies sanos ande con muletas o una persona que padeció de cáncer, vaya todas las semanas a ponerse quimioterapia porque le gusta sentir el mareo…Vivir del pasado no es vivir. Recordar nuestros viejos fracasos y dolencias es matar nuestro futuro, porque siempre estaremos viendo hacia atrás. Aprendamos que si hemos recibido un milagro del Señor y hemos sido sanos, pues vivamos como personas sanas. Dejemos atrás el lecho del dolor y sigamos a adelante, puesta la mirada en el autor y consumador de la fe, el Señor Jesucristo. 
                                      Piense en esto y que Dios los bendiga.

domingo, 5 de agosto de 2012

Siervos con hambre y sed de justicia.



“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.”  San Mateo 5:6

El verdadero Siervo posee un hambre insaciable de lo justo, una inclinación apasionada hacia la justicia. En el sentido espiritual, el Siervo está empeñado en una búsqueda de Dios, un ardiente, infatigable y anhelante deseo de andar con Él, y agradarlo.
El Siervo “tiene hambre y sed de justicia” en la tierra. Como no están dispuestos simplemente a suspirar y a encogerse de hombros por la falta de justicia y de la pureza, la cual es inevitable, los Siervos de Dios siguen firmes en pos de la justicia.
¿Y qué ocurrirá cuando esta hambre sea parte de la vida de un Siervo de Dios? ¿Qué promete el Señor Jesús? 
 … Ellos serán saciados.
Jesús promete traer satisfacción a las almas  que tengan hambre y sed de justicia, un descanso de espíritu, que comunique un gran contentamiento.
                      Piense en esto y que Dios los bendiga.



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...