Usted
probablemente haya leído la historia de Jacob y Esaú, y pensado: No puedo creer
que Esaú haya vendido su primogenitura por un plato de lentejas. ¡Qué necio!
Pero pensemos más allá de primogenituras y del plato de lentejas. ¿Hay algo de
verdadero valor que usted está negociando por algo de menor valor? En otras
palabras, ¿cuál es su "plato de lentejas?"
¿Se
ha dedicado a perseguir la riqueza y dedicarse a una carrera a expensas de su
familia? Tal vez su ocupada agenda le ha impedido pasar tiempo con Dios en su
Palabra cada día. Algunas personas se involucran en relaciones extramaritales,
dejando a su familia por la satisfacción de sus deseos lujuriosos. Otras
sacrifican su salud consumiendo sustancias dañinas o adictivas, o excediéndose
en la comida. La lista es interminable.
Algunas
decisiones que tomemos hoy pueden robarnos las bendiciones que Dios quiere
darnos. Cuando usted cede a la tentación en un momento de debilidad, está
sacrificando su futuro por el placer momentáneo. No podemos basar nuestras
decisiones en deseos o sentimientos inmediatos. Puesto que el principio de la
siembra y la cosecha no puede invalidarse, tenemos que considerar
cuidadosamente lo que estamos plantando. La cosecha vendrá, y cosecharemos lo
que hayamos sembrado, y más de lo que hayamos sembrado.
¿Ha
pensado usted hacer algo que podría tener graves consecuencias a largo plazo? Una
persona sabia evalúa las opciones de antemano para ver qué consecuencias
pudieran acarrearle sus acciones. No permita que "un plato de
lentejas" detenga los planes maravillosos que Dios tiene para usted.
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