domingo, 26 de mayo de 2013

Estudio del Apocalipsis Capitulo 3 (Parte 5)


El consejo de Cristo

He aquí, yo vengo pronto, retén lo que tienes para que ninguno tome su corona” (Apoc 3:11).

Jesús quiere que todos los siervos vivan cada día, como si fuera el de su regreso. Cuando el Señor Jesús venga a buscar su Iglesia, no habrá ningún tipo de advertencia. Él desafía a los miembros a “retener” la fe tanto en convicción como en la práctica. Es muy importante que los cristianos no solo comiencen bien, sino que además terminen bien, como dijo Pablo: “He guardado la fe”           (2 Tim 4:7).

El pecado ha ido avanzando poco a poco en la vida de muchos cristianos, y debido a este pecado, no recibirán la recompensa en el tribunal de Cristo. El consejo de Jesús a esta Iglesia (Filadelfia), se basa en la promesa de su segunda venida. Es interesante destacar que el desafío se hace debido a que la Iglesia de Filadelfia estará  presente al momento de la venida del Señor Jesús, les aconseja que se aferren a lo que han hecho y que continúen fieles hasta el fin. Esta Iglesia se caracteriza por un espíritu de avivamiento que promueve o promovía la evangelización. Hoy día, muchos pastores y o Iglesias ya están preocupados, no se esmeran en enseñar sobre la venida del Señor  Jesús, y en consecuencia de eso, sus vidas y sus Iglesias se encuentran muertas. No hay nada que encienda el fuego de la evangelización en el corazón de una Iglesia como la predicación dinámica del prometido regreso del Señor Jesucristo.

Por primera vez en siglos, la raza humana no solo se encuentra filosóficamente vacía, sino que toma conocimiento de este vacío. Las Iglesias fieles que tienen una enseñanza bíblica y un ministerio de evangelizador como lo de la Iglesia Universal del Reino de Dios, guían a muchos a salir de su desierto filosófico y a entrar en la vida abundante que el Señor Jesús vino a  ofrecer a toda la humanidad.


El desafío de Cristo

El desafío de nuestro Señor para los que vencieren (aquellos que nacieron de nuevo), tiene tres aspectos:

   1- Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí;” → Las promesas eternas que se mencionan aquí se ofrecen aquí, se ofrecen a aquellos que tienen fe en Jesús y viven esta fe. Una columna habla de estabilidad. La única manera de que el siervo de Dios tenga estabilidad en esta vida, es estar apoyado en Jesús. Por lo general son rechazados por su fe; sin embargo, en la vida venidera no se quedaran afuera, sino que en relación a Cristo estarán de la parte de adentro.

   2- Y escribirá sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de mi Dios,” → Grabar el nombre de Dios es indicativo de que los verdaderos siervos de Dios se identifican con el Señor Jesús por el sello de su nombre, el nombre de Dios, que los habilita apara tener entrada a su ciudad. El Señor Jesús promete preparar una Nueva Jerusalén que descenderá sobre la nueva tierra, como dice en Apoc 21:9 y 22:6.

   3- Y mi nombre nuevo.” → Los miembros de la Iglesia de Filadelfia no solo tendrán el nombre de Dios, el cual los habilita para entrar en la ciudad de Dios, sino que tendrán el nombre de Cristo, que los habilita para ser “Sus siervos” lo verán cara a cara. Una de las promesas benditas de la palabra de Dios para sus hijos es que un día veremos a aquél que es el objeto de nuestro amor, al Señor Jesucristo, a quien adoramos en espíritu y en verdad mediante la palabra de Dios. Es decir lo veremos cara a cara. Es una experiencia exclusiva para todos aquellos que han vencido.

domingo, 19 de mayo de 2013

El tiempo de Dios.





Alguien dijo con certeza que la vida es una carrera de resistencia más que de velocidad. El apresuramiento no sólo es característico de los más jóvenes sino que trasciende la edad que tengamos. En determinados momentos es correcto apresurarse, pero en términos generales la vida cristiana es una vida de “despacio y más despacio” para llegar a buen término en todo lo que emprendamos. Tantas veces por nuestras venas corre un fluir del apresuramiento, que nos lleva posteriormente a tomar decisiones equivocadas y hacer cosas erróneas. Debemos reconocer que como seres normales que somos, el apuro y el apresuramiento es nuestra característica natural, pero como siervos  de Dios debemos aprender a movernos como el Señor Dios se mueve. Una cosa es ser lento y otra es moverse como Dios se mueve, en otras  palabras, debemos saber  esperar  en Dios,  pues Él sabe el tiempo  cierto  de todo lo que  necesitamos. Nunca olvide que si nuestro tiempo no coincide con el de Dios, los que siempre estamos corriendo somos nosotros. Dios siempre llega a tiempo para ayudarnos a realizar todo lo que debemos hacer en la vida. Cuántos siervos  de Dios  hoy viven frustrados,  con su vida apenas porque no esperaron en tiempo  de Dios,  si apresuraron a su manera, e incluso hay errores  que no se pueden arreglar. Saber esperar el tiempo  de Dios es lo mejor que los siervos  de Dios pueden hacer.  La Biblia  dice: "Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será confundido;" (Salmo 25:3).

lunes, 13 de mayo de 2013

Pequeños Amigos, grandes Aliados




Un león se despertó cuando un ratón pasó corriendo sobre su rostro. Con un salto ágil él lo capturó y estaba listo para matarlo cuando el ratón le suplicó: “Si usted me ahorrara la vida, estoy seguro que algún día yo podría retribuirle por su bondad.”
 El león dio una carcajada de desprecio y lo liberó.
Poco después de esto, sucedió que el león fue capturado por cazadores que lo ataron con fuertes cuerdas.
El ratón, reconociendo su rugir, se aproximó, royó las cuerdas y lo liberó diciéndole:
“A usted le pareció ridícula la idea de que yo sería capaz de ayudarlo, no esperaba jamás recibir de mí cualquier compensación por su favor; pero ahora sabe que es posible incluso a un ratón hacerle un favor a un poderoso león.”

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