Todos tenemos problemas en la vida. Ya sean económicas, profesionales, personales o físicas nuestras luchas, podemos estar seguros de que servimos a un Dios que está interesado en nuestros problemas y quiere ocuparse de ellos. Cuando vienen las luchas, la primera actitud que debemos tomar es buscar a nuestro Señor en oración, Josafat, era el rey de Judá, y tenía por adelante un enorme problema, tres tribus diferentes librando juntas una guerra contra él. La mayoría de los líderes se habrían derrumbado bajo tal presión, pero Josafat era sabio, aun que estaba atemorizado, no enfrentó a su enemigo con sus propias fuerzas, hasta porque sabía que Dios tenía interés de ayudarlo en su problema, "Humilló" su rostro para consultar a Dios a quien él servía, proclamó un ayuno en todo país. Josafat sabía que Dios, que era más grande que cualquier problema, había hecho cosas extraordinarias para Abraham, Isaac, Jacob, Moisés y David. Ese mismo Dios le ayudaría, también, en su hora de dificultad. Dios ayudó los héroes de la fe a vencer sus grandes problemas, y quiere ayudarnos en los días de hoy. Nuestros problemas son los problemas de Dios. Si nosotros, como Josafat, Acudimos a Dios, y proclamamos su poder y lo servimos fielmente, Él intervendrá.
Piense en esto y que Dios los bendiga.
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