Cada mañana cuando usted y yo despertamos, estamos en una batalla, muchos Obreros (as), evangelistas, Jóvenes y Miembros de la Iglesia, no toman en serio esta realidad. Sin embargo, cuando hablamos de guerra (Espiritual), debemos recordar que cada día vivimos en medio de una batalla real y personal que debemos enfrentar, la biblia nos deja bien claro que no luchamos contra sangre y carne y sí contra principados y potestades. No reconocerlo resulta en una derrota constante y dolorosa, existen muchos que hacen la obra, que se sienten confundidos y desmoralizados, porque no entienden el porqué siguen siendo fracasados espiritualmente, justo cuando creen que han vencido una batalla, se levanta otra para derrotarlos. Una de las principales razones por la que muchos Siervos de Dios son derrotados, es porque el diablo los toma totalmente desprevenidos. Estos Siervos simplemente pasan sus días sin darse cuenta de guerra que se libra en sus vidas, al mismo tiempo que cuestionan la palabra de Dios, diciendo:" Si este libro es todo lo que dice que es, y si el Evangelio es tan poderoso como has prometido, ¿por qué, entonces, no está funcionando en mi vida?
El problema no es que la palabra de Dios le falta poder, sino que muchas veces no se reconoce la batalla espiritual que esta alrededor de aquellos que sirven a Dios, estamos en un guerra, es una lucha por nuestras vidas, no la vida física y sí la vida espiritual. La única manera de sobrevivir a este conflicto es preparándose para la batalla, meditando en la palabra de Dios, con oraciones y ayunos.
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